Se produjo el desalojo de la mujer (y sus hijos) que se negaba a dejar la casa donde vivía

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“Yo agarré y salí por mi propia voluntad”, explicó a InfoVera, Valeria González.

La mujer de 35 años, cuyo caso fue noticia el viernes, dejó el hogar donde residía desde hace años con sus dos hijos -uno discapacitado- para dar cumplimiento a la orden de desalojo dispuesta por la justicia.

“Estoy en otro lugar ahora y bueno, decidí sacar mis cosas una para tener un poco de paz. Veremos a ver qué pasa, qué respuesta me da el municipio el lunes cuando vaya a hablar. A ver si me solucionan el problema o no”, relató.

En tanto, agregó que “si no voy a tener que empezar a juntarme con la gente desalojada, que hay muchísimas acá”.

El viernes 26 se cumplió el plazo legal para dejara la vivienda ubicada en Calle Colón al 2007 y a pesar de que en un primer momento intentó resistir la medida, luego terminó acatando la resolución y se mudó temporalmente a casa de unos familiares.

Malestar

En comunicación con InfoVera, expresó su profundo malestar y angustia luego de haber sido desalojada junto a sus hijos, uno de ellos con discapacidad. En declaraciones a este medio, denunció falta de acompañamiento del Estado y cuestionó el procedimiento llevado adelante. “Recién me despierto porque no he podido dormir anoche”.

Según afirmó, al momento del desalojo no hubo presencia del municipio ni de equipos de asistencia: “Ayer no estuvo el municipio ahí. No había ambulancia, no había psicólogo, no había asistente social. No había nada. Solamente estaba el secretario del juez y la policía”.
González aseguró que se negó a retirarse sin tener una alternativa habitacional para ella y sus hijos: “Yo le dije que no me iba a ir hasta que no tenga dónde ir con mis hijos”.

En ese contexto, remarcó que desde hace años gestiona una solución habitacional, especialmente por la situación de discapacidad de uno de sus hijos: “Vengo hace años gestionando una vivienda porque tengo un nene con discapacidad y nunca tuve respuesta en el municipio”.

Sobre el inmueble, dijo que “si uno investiga bien, esa casa perteneció a otra familia diferente a la que me reclamó que me vaya”

Relató además que dialogó con otras personas que habitan terrenos linderos y que ninguna cuenta con escrituras definitivas: “Todos tienen papeles de compra y venta, pero no escrituras. Hace años que están así”.

Mejoras y boletas

En su testimonio, también afirmó haber realizado numerosas mejoras en la vivienda, con conocimiento previo de funcionarios municipales: “La casa se caía a pedazos. Yo le hice mantenimiento, hice baño nuevo, patio, cerramientos, cambié aberturas. Fui la única que le dio vida a esa casa”.

Indicó que conserva boletas, recibos de impuestos y comprobantes de las mejoras realizadas y que ahora deberá reclamar judicialmente esos bienes: “No me dejaron sacar nada. Todo lo hice limpiando casas, casa por casa. Todo me costó mucho”.

González manifestó su decepción por la falta de acompañamiento humano tras el desalojo: “¿Usted cree que alguien me llamó para preguntarme cómo estoy o cómo están mis hijos? Nadie”.

Finalmente, expresó un mensaje cargado de dolor e impotencia: “Ayer entendí quiénes realmente estuvieron conmigo. Vivimos en una sociedad muy mala, donde cuando dejás de servir, sos un número más”.

En las redes

En la redes sociales de IV, los vecinos mostraron pareceres dispares sobre lo sucedido. Una persona familiar del titular del inmueble -ya fallecido- expresó: “Me parece de muy mala fe de la señora hacer todo esto, mi padre de buena fe en vida trato de ayudarla y ella pensó que al morir mi papa quedaría en la nada. VUELVO A REPIRTIR, HACE 12 AÑOS que le venimos pidiendo que se retire de la vivienda de forma cordial y respetuosa, si en 12 años no pudo conseguir otro lugar significa que siempre pensó que se quedaría con la casa de mala fe. HACE AÑOS VENIMOS EXIGIENDO EL DESALOJO, MOTIVO POR EL CUAL INICIMOS LEGALMENTE Y CON PRUEBAS EL DESALOJO DE LA VIVIENDA”.