Pullaro y el arte de gobernar

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Por Darío H. Schueri.

El tratamiento de la Ley de reforma de la Corte Suprema de justicia mostró las tres caras visibles de la política santafesina: Pullaro hace uso del poder que le confirió las urnas; Amalia Granata – hasta que aparezca en escena LLA- quiere ser la principal opositora en la Provincia; y el peronismo está en franco proceso de implosión.

“El arte de gobernar, como “arte”, implica una articulación entre el dominio técnico, pragmático y teórico que se plasma en las acciones de gobierno, en instituciones políticas y discursos”, describe la profesora de filosofía mendocina Agustina Miranda Giordano, axioma que como licenciado en Ciencias Políticas el Gobernador Maximiliano Pullaro sigue al pié de la letra.

“Se jactan de haber sacado más de 50 leyes porque a la oposición – refiriéndose a la propia-  no la tienen en cuenta”, se quejaba ácidamente la líder del bloque Somos Vida (segunda minoría en la Cámara de Diputados santafesina) Amalia Granata durante el debate por las reformas a la Corte Suprema de Justicia. Sucede que el oficialismo no peronista desde el año 2007 nunca tuvo la hegemonía parlamentaria que hoy tiene el frente Unidos: los 28 diputados constitucionales sobre 50 y 14 senadores entre 19 (con los dos tercios y quórum propio incluidos) predominio que, sumado al discurso de cambio de época encarnado a nivel nacional por Javier Milei, el líder santafesino Maximiliano Pullaro, siguiendo los sabios consejos del diplomático, funcionario, filósofo político y escritor italiano Nicolás Maquiavelo, padre de la ciencia política, aplica sin cortapisas.

Si se puede ahora, ¿para qué esperar?

Esa preeminencia se evidenció el jueves pasado cuando el gobierno consiguió que en una misma tarde sustanciales cambios institucionales en la Corte Suprema de Justicia se transformaran en Ley. E intentará ir con la misma metodología para el presupuesto y ley tributaria 2025; y la madre de todas las batallas: la ley de necesidad de reforma de la Constitución. Todo supuestamente en las venideras sesiones de los jueves 21, 28 y viernes 29 de este mes de noviembre.

La idea sería aprobar el presupuesto y tributaria ahora, para seguir la línea bisectriz del Gobernador: “No vinimos para hacer lo mismo de siempre”, de tal manera que este jueves 21 en votación “espejo” se aprobarían ambas leyes: mientras Senado daría media sanción a la Ley Tributaria, simultáneamente Diputados haría lo propio con el Presupuesto, para después inmediatamente hacer el pase de Cámaras y que al final del día ambos proyectos caminen hacia la Casa Gris para su promulgación.

El ministro de Economía Pablo Olivares junto al de Gobierno Fabián Bastia ya le explicaron la semana pasada a los senadores oficialistas los meandros de la Tributaria, y este miércoles harán lo propio con el presupuesto a los asistentes a labor parlamentaria en Diputados.

El principal motivo de debate que suele tener el Ejecutivo en Diputados a la hora de aprobar proyectos vidriosos no es obviamente la oposición, sino sus socios del PS con quien deben consensuar los textos a suscribir; nada que no haya tenido siempre la aquiescencia de quienes durante tres períodos ocuparon la poltrona del Brigadier, y saben cómo es el ejercicio del poder.

Por eso la oposición quiere que en una eventual nueva Constitución los diputados sean electos por sistema proporcional D´Hondt, para terminar con la mayoría automática. ¿Estaría esa posibilidad plasmada en la redacción de la Ley de Necesidad, o como tantas otras cuestiones (la posibilidad de reelección del gobernador en ejercicio, por ejemplo) los legisladores las dejarían librada al soberano arbitrio de los Convencionales Constituyentes?.

Reforma de la Corte: ¿precuela del debate por la reforma constitucional?

La sanción de la, según la diputada peronista y ex jueza Alejandra Rodenas, mal llamada reforma judicial del jueves pasado evidenció, entre otras cosas, de manera patética la fractura expuesta del peronismo, que en una misma tarde utilizaron los tres recursos parlamentarios en las dos Cámaras: votaron a favor, en contra y se abstuvieron.

Mientras el bloque de cinco diputados que comanda Omar Perotti votó a favor del -único- dictamen oficialista, junto al líbero Juan José Piedrabuena, los cuatro diputados peronistas restantes votaron en contra. Luego los cinco senadores peronistas optaron por abstenerse.

La mencionada Rodenas articuló un discurso más dirigido a un pase de facturas hacia Omar Perotti que a su desencanto con la norma que se estaba tratando, describiendo “acuerdos súper estructurales” y “dispositivos de afinidades políticas”, obviamente entre Omar Perotti y Maximiliano Pullaro; pacto, si lo hubiere habido, que luego el jefe del radicalismo Felipe Michlig tildó de “grandeza (del ex-Gdor Perotti) que construye consensos para mejorar la institucionalidad. La gente no nos votó para destruirnos, sino para construir», protegió Michlig.

El diputado peronista Miguel Rabbia, alter ego político en la legislatura del senador nacional Marcelo Lewandowsky (entusiasmado con una posible alianza con Amalia Granata) para estar a tono con el misilístico discurso de la diputada Somos Vida (quien aseguró que los cambios en la Corte “no le interesan a nadie” y solo son para cambiar los actuales jueces por otros afines), apeló a una sintaxis similar calificando al proyecto de “abominable”, “avasallamiento a la justicia” y “traje a medida”.

En definitiva, la “agilidad, productividad y modernización de la justicia” por la que aboga el gobierno para que la sociedad tenga un mejor servicio de justicia, estaría plasmada en una nueva Corte Suprema con siete integrantes, paridad de género, territorialidad y jubilación de sus miembros al cumplir los 75 años.

Una vez vigente la Ley se apreciará si las premoniciones de Granata se transforman en realidad, o forman parte de la estrategia de posicionamiento político de quien advirtió que puede erigirse, sobre las ruinas del peronismo, como la auténtica opositora al oficialismo provincial.