Perdieron un hijo de 5 años y decidieron donar sus órganos, ahora la vida les dio otra oportunidad

COMPARTIR

La familia de “Lolo” Regonat celebra el nacimiento de su hermano menor, Ignacio. Se trata del esperado segundo hijo de Claudia Braidot y Mariano Regonat, los padres de Lorenzo, el niño de 5 años con muerte cerebral cuya decisión de donar sus órganos salvó 4 vidas y se convirtió en un ejemplo modelo para la donación de órganos en nuestro país.

Apenas pasadas las 7 de la mañana del jueves 4 de enero, en el Sanatorio Reconquista de la cabecera departamental, nació Ignacio Regonat, hijo de Claudia Braidot y el Subinspector de policía Mariano Regonat, padres también de Lorenzo, quien a los 5 años, en 2019, falleció producto de un aneurisma, suceso que causó conmoción en Avellaneda y toda la región, no solamente por la muerte del pequeño, también por la decisión de sus padres de donar sus órganos.

En diálogo con los medios radiales, Mariano Regonat contó que “Afortunadamente, todo salió bien. Ignacio nació por cesárea y un corto trabajo de parto a las 07:20, con 3,230 kg, y 50 centímetros de alto”. Y agregó: “cuando lo vi a Ignacio hubo muchos sentimientos encontrados… Lolo también nació en el Sanatorio de Reconquista y estuve en la misma sala de espera, su recuerdo fue instantáneo”.

Sobre la búsqueda de su segundo hijo, el efectivo de la policía de la provincia relató: “Tuvimos que hacer un tratamiento, costó muchísimo, muchísimo sacrificio, con más de 60 viajes a Rosario. Lo arrancamos en el principio del 2020, después quedamos casi parados 8 meses por el tema de la pandemia, hicimos 3 tratamientos en la clínica Fertia, con 3 transferencias embrionarias y no tuvimos suerte, después cambiamos de clínica y la seguimos peleando. Fuimos a la clínica Proar, con el Dr. Botti, un excelente profesional como fue la de la clínica Fertia, nada más que no tuvimos suerte, y bueno, el 8 de mayo se hizo el tratamiento, Claudia quedó embarazada, y a lo último fue un embarazo de alto riesgo, ya que género una diabetes gestacional y una colestasis. Ignacio tenía fecha para la cesárea el 24 de enero, pero no llegó, hubo que sacarlo antes. Justo el martes hicimos los últimos estudios y la doctora Mariela Ramírez decidió sacarlo, hacer la cesárea el jueves 4”.

“Nació bien sanito, gracias a Dios, todo bien”

Mariano reveló que “el año pasado fue muy complicado en lo personal y en lo laboral para mí. Ahora somos bendecidos con este nacimiento, y aunque no lo va a reemplazar a Lolo, al menos vamos a ser tres en casa”, concluyó.

Regonat accedió a hablar con El Litoral, a pocas horas de la grata noticia.

– Se habla mucho de milagro, de revancha u otra oportunidad… ¿cómo definirías vos la llegada de este hijo?

– La llegada de este hijo fue una bendición. Desde la pérdida de mi hijo Lorenzo decidimos tener otro y fue así que arrancamos un tratamiento en Rosario, que fue para principios del 2020… ahí nos frenó la pandemia y a principios del 2021 arrancamos otra vez. Tuvimos varios inconvenientes: primero la pandemia, después con la obra social acá en nuestra zona, muchos viajes, cambios de guardias, pedir permisos, etc. Después también que en la primera clínica no tuvimos suerte. Luego sí en la clínica Proar con el doctor Botti nos fue muy bien.

– ¿En qué momento de la familia llega? ¿Cómo se encuentran hoy ustedes a más de 4 años de lo ocurrido con ‘Lolo’?

– Llegó en el momento que tenía que llegar. Nosotros hicimos tres tratamientos en la clínica Fertya y no tuvimos suerte; nos tomamos un tiempo y a fines del 2022 arrancamos de nuevo en la clínica Proar con el Doctor Botti. Pero estamos bien, nos encontramos muy contenidos por nuestros familiares, amigos y colegas, y aparte estamos en un retiro espiritual en la parroquia de Avellaneda con el diácono René Sandoval. Trabajamos en eso todo el tiempo y nos sentimos muy contenidos.

– ¿A qué creés que se debe esta repercusión de la noticia en la comunidad en general, y las muestras de cariño de gente que por ahí no conocen?

Hoy vi la repercusión de lo que fue el nacimiento de Ignacio y qué decirte… fueron muchas cosas para mí. La más importante de ellas fue que lo de Lolo, la donación de órganos de mi hijo fue noticia nacional, porque además fue la primera donación pediátrica de bloque completo en Sudamérica… y otra cosa fue que muchos sabían que estábamos en busca de otro hijo. Y bueno, también en la vida hay mucha gente que nos quiere bien, somos una familia de bien, de muy buena educación y eso la gente lo nota. Como también hay alguna gente que no me quiere por ser tan frontal, pero eso es problema de ellos.

– Y ustedes desde la familia también responden a todo ese cariño dese las redes sociales, ¿no?

Por supuesto que somos agradecidos, de todos… pero siempre nos gusta mencionar en agradecimientos a los medios de comunicación por tenernos siempre presentes a Lolo, a Claudia y a mí; también a la Ginecóloga de Claudia, la Doctora Mariela Ramírez. A mi familia, a los amigos, a Juan Cairatti por recomendarme el doctor Botti; a los jefes que me ayudaron en este proceso del duelo y me dieron una mano para poder hacer todos los viajes a Rosario, que fueron más de 60.

“Hoy volvió la alegría a mi casa. No lo va a reemplazar a Lolo, pero por lo menos vamos a ser tres en casa”. Mariano Regonat. Padre de Ignacio y de Lolo.
Tampoco quiero dejar de recordar que el año pasado, a pesar que Claudia haya quedado embarazada y de que logré mi ascenso en mi carrera policial, fue un año muy difícil en mi trabajo por una gran traición: el 6 de enero del año pasado sufrí un pico de presión por una gran traición que sufrimos en un destino que tuve en el año 2022, lo que casi me costó mi vida… pero dios es grande y nunca me soltó la mano. Por eso agradezco también estar acá de pie y disfrutando de esta nueva oportunidad que me da el cielo y la vida de tener nuestro segundo hijo.

Lolo.

La joven vida de Lorenzo

“Lolo” tenía 5 años cuando en horas de la tarde del martes 16 de julio de 2019 jugaba en el patio de su casa sobre una pila de ladrillos y cayó de espalda. Fue su papá Mariano, tras los gritos de su madre, quien lo encontró desvanecido entre los ladrillos y el tapial.

El niño ingresó al Hospital de Reconquista ya intubado, y permaneció internado en el servicio de Terapia Intensiva. En principio se creía que tras la caída había sufrido un traumatismo de cráneo, pero en realidad fue un aneurisma.

Al día siguiente del hecho, el jefe de Pediatría y de la Terapia de niños del Hospital, Dr. Alejandro “Nito” Mansur, manifestó que Lolo había ingresado en coma, en muy mal estado, que se logró estabilizarlo, y se lo puso en asistencia respiratoria mecánica con todo el tratamiento de estabilización general. Agregó que se le realizó una tomografía, con la cual se constató una hemorragia muy grande, varias en el cerebro, producto de un aneurisma que se rompió, como si fuera un ACV hemorrágico, pero por una malformación de una arteria que está en la base del cerebro.

Dijo que “durante la noche sufrió un evento que tenía la sintomatología de muerte encefálica, y que lamentablemente cuando ocurre esto es como que dicen stop y tenés que parar. La suerte está echada, y a los padres hay que decirle siempre la verdad”, reflexionó el pediatra, “aunque sea cruda. A nosotros también nos duele. El dolor no es igual, pero uno más trabaja en esto y más sensible se pone”

Decisión y despedida

En declaraciones a los medios de comunicación, el pediatra de Lorenzo Nito Mansur confirmó que después de un largo debate con sus padres, estos accedieron a donar sus órganos. “A pesar de que acá estamos todos llorando por la pérdida de Lolo, muchos chicos que esperan un órgano estarán felices”, indicó el médico.

Fue así que a las 10:30 horas del jueves 18 de julio de 2019, trasladaron a “Lolo” desde pediatría al quirófano para el comienzo del procedimiento de ablación múltiple de órganos.

Alrededor de 50 personas, profesionales de CUDAIO Santa Fe e INCUCAI Buenos Aires, llegaron a Reconquista en distintas ambulancias.

Pasada las 11 de la mañana del viernes 19, los restos del pequeño “Lolo”, recibieron sagrada sepultura.

El cortejo emocionó a toda la comunidad. Con las sirenas encendidas, decenas de móviles policiales, bomberos, ambulancias, vehículos municipales y autos particulares acompañaron a Lorenzo y sus padres hasta el cementerio de la ciudad de Avellaneda.

Un duro momento

Ha pasado el tiempo, pero los padres de “Lolo” Regonat siguen siendo un faro o referentes en el duro momento de tomar la decisión de donar órganos. Incluso muchas

veces son consultados por familiares de pacientes que se encuentran en situaciones similares.

“La decisión la tomamos entre toda la familia. Uno por ahí no se quería convencer de la muerte cerebral”, recordaba Mariano a tres años y diez meses del fallecimiento de su hijo de 5 años, cuando hablaba con Norte 24 respecto de la importancia de donar órganos.

“Se agotaron todas las instancias, fue de consultar para un lado, para el otro. Y bueno, empecé a mirar por Google lo que es una muerte cerebral y la mayoría de los casos de las noticias que aparecían pasaban a donación de órganos”, añadió.

En esa misma línea, Regonat contó que una compañera de trabajo de su mujer estuvo nueve años esperando un riñón, y que la hija de una prima suya es también trasplantada de riñón, lo que colaboró en la toma de la decisión final. “Para algunos familiares la decisión fue muy chocante porque todos preguntaban ‘¿si el corazón está marchando, por qué dicen que está muerto?’. Y ahí nos explicaron bien lo que es una muerte cerebral”, rememoró sobre el fallecimiento de su hijo Lorenzo.

Sobre el momento en que fue consultado por personal del CUDAIO, Mariano recordó: “Fue una pregunta muy fuerte en el sentido de que uno por ahí no se la esperaba. Pero después me fui convenciendo y decidimos con Claudia donar los órganos. Pasamos a informarle a la familia, ahí lo decidimos y donamos”.

Como no podía ser de otra manera, Mariano Regonat lo evaluó como un momento muy difícil de su vida, pero convencido que la era la única opción que podía elegir. “A nosotros nos ayudó mucho lo que es la parte médica del hospital, y después los amigos y los allegados y los compañeros de trabajo. Es una decisión difícil, pero es la correcta. Nosotros de cinco órganos salvamos cuatro vidas; lamentablemente uno falleció a consecuencia de que era epiléptico, pero no a consecuencia del intestino”, sentenció.