
El pasado 15 de septiembre, un grupo de padres de alumnos de la Escuela de Jornada Completa N° 6365 “José Pedroni”, ubicada en Las Catalinas -zona rural de Malabrigo-, elevó una carta al ministro de Educación de Santa Fe, José Goity, reclamando por la inmediata reapertura de la institución, cerrada provisoriamente por presunto riesgo edilicio desde hace un mes y medio.
En la nota, las familias expresan su “profunda preocupación e indignación” por la falta de respuestas oficiales y detallan una serie de irregularidades que, aseguran, agravan la situación.
Los padres recuerdan que el establecimiento fue clausurado el 1° de agosto de 2025, pero hasta la fecha “ningún representante de la Región convocó para informar el estado de situación”.
Si bien la directora de la escuela les comunicó que la refacción del edificio está en trámite en el sistema FANI (Expediente 00412-0028452-8), no hubo avances concretos ni inicio de obra. “Las autoridades regionales nos habían dicho que un trámite de FANI dura aproximadamente un mes, pero ya pasó ese tiempo y no tenemos ninguna respuesta”, remarcan.
Los firmantes también denunciaron una situación que calificaron como “negligencia grave”. Según indicaron, el 26 de agosto fueron convocados por la directora Alba Valdez a una reunión en el propio edificio escolar –supuestamente cerrado por riesgo de derrumbe– para repartir a las familias fondos referidos a la venta de pasteles del presente año, en las mismas instalaciones edilicias de dicha escuela en la zona rural.
Fue luego del reclamo realizado mediante nota al ministro de Goity el 12 agosto en el que dieron cuenta que “como padres no sabemos ni tenemos información sobre el destino de los beneficios realizados sobre la venta de pastelitos (aclarando que no solo colaboramos en la venta sino también en la elaboración de los mismos), el cual en el trascurso del año fueron dos, con un total aproximado de 200 docenas vendidas, la primera mitad a $ 8.000 c/u y la segunda a $ 10.000 c/u, haciendo un total de $ 1.800.000. Nos preguntamos este dinero en manos de quien está: ¿De la directora?, ¿de la cooperadora?”.
“¿Cómo no estaba en peligro de derrumbe la escuela, según lo informado por el Director Regional y la arquitecta el 4 de agosto? (…) Más grave aún es que vemos a diario la asistencia de la directora al establecimiento. Si el edificio se derrumba, ¿la vida de esta señora no vale nada para las autoridades?”, cuestionan en la carta.
“Cómo es posible que después de haber alegado el cierre provisorio de un edificio público por peligro de derrumbe, las autoridades provinciales nos citen a los padres y concurramos junto a otros actores de la comunidad a hacernos presente bajo dicho techo de nuestra tan querida escuela”, inquirieron.
Asimismo, los padres señalaron que no existe respaldo normativo en el decreto 874/86 que autorice a la supervisora ni a la Región II a ordenar el reparto de fondos de la cooperadora.
Derechos vulnerados
Los padres enfatizaron que el cierre de la escuela afecta directamente a los niños:
Contención: “En las instituciones donde fueron derivados no se sienten contenidos ni acompañados como antes”.
Función social: “La jornada completa garantizaba 8 horas de educación y acceso a desayuno, almuerzo y merienda, asegurando en muchos casos la alimentación diaria”.
Impacto en las familias: “Muchos padres no pueden trabajar porque no tienen recursos para pagar cuidados alternativos ante el nuevo esquema”.
En ese marco, afirmaron que se está vulnerando el derecho de los niños a recibir educación en condiciones dignas y en su institución de origen.
Pedido concreto
Los padres exigieron a la cartera educativa provincial que disponga de manera urgente la restauración y reapertura de la Escuela José Pedroni, por ser la única de jornada completa en la localidad.
La carta fue enviada también al Director Regional de Educación, Sergio García; supervisora,. María de los Ángeles Giansily; el intendente de Malabrigo, Roberto Sponton; y a las seccionales de AMSAFE Reconquista y Vera.
“Como padres reconocemos el deterioro que tiene la escuela, pero no de abandono. (…) a pesar de las condiciones de deterioro que sufría la escuela, en
ningún momento y sobre todo el conjunto de personas adultas, se consideró o percató que la escuela pudiera estar en peligro de derrumbe. Reclamamos la rápida reapertura de la escuela. Nuestros hijos merecen contención y dignidad, y las familias necesitamos que se respete su derecho a la educación y a la alimentación”, concluye el documento firmado por los padres.
TEXTUAL
“Como padres manifestamos a esta altura del año, nuestro descontento ya que en ningún momento se tuvo en cuenta los aspectos sicológicos que significan pasar de una escuela rural a otra de ciudad a mitad de un ciclo lectivo, además de los trastornos laborales, sociales y económicos que significa este cambio para los padres, amén de verse
truncado para muchos de nuestros hijos sueños compartidos, ilusiones y esperanzas, referido a la portación de la bandera, viajes de estudio, reconocimientos, etc.”.