Un silencio conmovedor envolvió la Escuela 440. Era un silencio que nacía de la tristeza, pero también del respeto profundo, mientras el cortejo fúnebre de Sandra Velázquez desfilaba por última vez frente a sus alumnos.
Sandra, que tan solo un mes antes había colgado el guardapolvo para disfrutar de su merecida jubilación, emprendía su viaje final. Pero la comunidad educativa no quería dejarla ir sin un último gesto de amor.
La directora, Teresa Sandoval, lo explicó con palabras llenas de afecto: “Aunque ya no era una maestra activa, sus alumnos tenían que despedirla. Por eso el cortejo pasó frente a la escuela, para que pudieran saludarla con aplausos y alegría, con esa ‘buena onda’ que tanto le gustaba a ella.”
Las muestras de cariño y el dolor compartido generaron un momento de intensa emoción, una despedida agridulce que, a pesar de las lágrimas, celebró la vida de una maestra inolvidable.
En las redes escribieron: “Querida seño Sandra: Fuiste el corazón de nuestra Gloriosa 440, una luz que brilló para tantas infancias. Aunque te fuiste de repente, en un suspiro, tu recuerdo vivirá eternamente en nosotros. Descansa en paz, querida Sandra. Nunca te olvidaremos”.
Jorge del Barco
