El tribunal unipersonal compuesto por el juez Martín Gauna Chapero condenó al abogado Ricardo Degoumois (59) a la pena de 3 años de prisión de cumplimiento condicional e inhabilitación perpetua par ejercer su profesión por el delito de abuso sexual en perjuicio de una menor de edad.
El magistrado lo halló penalmente responsable del delito de abuso sexual simple reiterado -dos hechos-, el aplicó una condena de cárcel en suspenso y lo inhabilitó de por vida para el ejercicio de la abogacía, en virtud de la vinculación entre la comisión del delito y el ejercicio de la actividad profesional.
Esto se explica en razón de que el abuso, de acuerdo a lo que se ventiló en el juicio oral seguido al penalista norteño, habría ocurrido en el estudio jurídico Degoumois – por calle Belgrano de Reconquista- al momento en que “preparaba a la víictima para una Cámara Gesell” en que un caso en que defendía a un familiar de esta chica de 14 años.
Gauna Chapero rechazó la solicitud de prisión preventiva planteada por los fiscales Alejandra del Río Ayala y Valentín Hereñú por no haberse acreditado el peligro de fuga ni otros presupuestos que justifiquen la adopción de dicha medida cautelar.
Por otra parte, le fijó las reglas de conducta de rigor entre las que se destacan la prohibición de tener contacto con menores salvo autorización judicial, de acercarse a la víctima y a su entorno, y que acredite su participación en un programa de tratamiento psicológico y/o psiquiátrico especializado en agresores sexuales aprobado por el tribunal, y en otro de educación y sensibilización sobre violencia de género y abuso sexual infantil.
Asimismo, ordenó exámenes tendientes a lograr la identificación genética del condenado y su inscripción en el registro respectivo, y notificó al Colegio de Abogados sobre la suspensión de la matrícula de abogado.
En el juicio, Degoumois fue defendido por sus pares Andrés Ghío, Raúl Superti, y Ricardo Rubén Degoumois, y a su vez ejerció su propia defensa.
Inocencia
De acuerdo a la acusación fiscal, Degoumois se habría aprovechado de la inocencia de la adolescente al momento de prepararla para afrontar una Cámara Gesell en una causa por abuso sexual en la que estaba imputado un primo suyo, defendido por el profesional.
El caso fue detectado por las autoridades del establecimiento educativo a raíz de la conducta de la menor, que presentaba signos de angustia y nerviosismo. Ante la negativa de la familia a avanzar con una denuncia -se cree para no perjudicar al primo encartado-, fue el Equipo Socioeducativo Interdisciplinario del Ministerio de Educación el que judicializó las sospechas de abuso.
Los fiscales Valentín Hereñú y Georgina Díaz -bajo la supervisión de su par Alejandra del Río Ayala- reclamaron que Degoumois sea condenado a cuatro años y tres meses de prisión efectiva, más más la inhabilitación especial perpetua para ejercer la profesión.
En tanto, la defensa conformada por los doctores Andrés Ghío, Raúl Superti y Ricardo Degoumois (h) había pedido la absolución del letrado, exjefe del Área Legales del municipio reconquistense, cargo al que debió renunciar al momento de hacerse pública la denuncia que derivó en su imputación y condena de primera instancia.
Amenazas
En medio del proceso oral para determinar la responsabilidad penal de Degoumois en la causa por abuso, la madre de la menor abusada -testigo de apellido Mendoza presentada por la defensa de- se quebró al declarar y acusó a los abogados Ricardo Degoumois, Andrés Ghío, Ricardo Rubén Degoumois y Daniel Baralle de haberla coaccionado para arreglar una declaración favorable a sus intereses. Sus dichos dispararon la inmediataa reacción de la fiscalía que los detuvo en el acto.
Más tarde, en una audiencia presidida por el juez Gonzalo Basualdo, los cuatro operadores judiciales fueron imputados como coautores de amenazas coactivas en perjuicio de la mujer, madre de una pretensa víctima de abuso sexual, en concurso real con falso testimonio en calidad de autores mediatos. Los fiscales que formularon los cargos fueron Valentín Hereñú y Alejandra del Río Ayala, asistidos por sus pares Sebastián Marichal y Georgina Díaz.
Esa invetigación, según fuentes confiables, avanzó con declaraciones testimionales tomadas por el órgano fiscal y está a la espera de los resultados de peritajes sobre teléfonos celulares y computadora de los sindicados.
El decisorio judicial condenatorio que aun no está firme -seguramente será apelado por la parte vencida-, puede ser considerado como una victoria para la Unidad Fiscal Reconquista y sobre todo para la Fiscalía Regional 4, en atención a que este juicio se presentó como la “madre de todas las batallas” debido a la visible y constante tirantez existente entre el buffet Degoumois y la delegación fiscal del norte provincial.