En la noche del miércoles, un densa columna de humo se elevó desde el predio del Cementerio Municipal de Reconquista para invadir, primero el circundante barrio Moreno, y luego otros sectores de la urbanidad.
La acción desmedida desde lo funcional, irresponsable en el plano medioambiental y muy objetable en cuanto al cuidado de la salud de la población corrió por cuenta de la gerencia del camposanto reconquistense, que depende de al Secretaría de Control Público del municipio.
Dos aristas, una casual y otra causal, se sumaron para agravar el cuadro desatado por esta quema: un incendio forestal que a la misma hora se produjo en la zona y coadyuvó a elevar la magnitud de la humareda; y la confirmación por parte de los empleados del lugar respecto a que no es la primera vez que sucede algo así. A favor puede contarse que, ante el malestar social puesto de manifiesto por los vecinos víctimas de los efectos del humo, se prometió desde el gobierno local que será la última fogata con cajones de muertos que se haga allí.
El encargado de la necrópolis pública brindó explicaciones por este hecho que generó preocupación e indignación en la comunidad, en dosis iguales. De sus declaraciones se desprendió que la práctica que se da periódicamente desde hace tiempo tiene como objetivo “hacer lugar” para nuevos féretros de gente que fallece, de lo contrario el sitio colapsaría.
Tras admitir la reducción de ataúdes y la realidad de que, prácticamente, por la apremiante falta de espacio físico, la gente de Reconquista está a punto de no tener dónde caerse muerta , Raselli indicó que “eso es lo que se hace cada tanto, cada dos o tres meses. La quema de los cajones era una quema programada. Se comenzó a la medianoche, por ahí la gente interpretó que todo el humo que había en la ciudad era de la quema de cajones, pero no nos olvidemos que ayer, a partir de las 20 horas, Reconquista estaba tapado en humo por la quema de un basural de una localidad vecina”.
No de nuevo
“Pero, para llevarle tranquilidad a la zona, al barrio, a la población, no se harán más las quemas en el Cementerio, se lo hará en un punto específico, muy alejado de la ciudad”, tranquilizó, y precisó que “las reducciones de hacen cuando del fallecido, después de 30 o 40 años, solo quedan algunos huesitos. Entonces, cuando ya está, cuando se puede reducir, el cajón está seco, se retiran los huesos y sus familiares los pondrán en una bolsita, en una urnita, y queda el cajón para quemar, queda el cajón seco para quemarlo. Se juntan 15 o 20 cajones y se los quema”.
Con relación a la suspensión definitiva de esa polémica metodología de trabajo, el funcionario insistió con que “ese tema está charlado con el secretario de Control Público, Nicolás Sandrigo, y no se va a hacer más las quemas en el Cementerio debido a las quejas”.
Raselli señaló que la finalidad es liberar los nichos y que puedan volver a ocuparse para otros fallecidos: “Es lo que es lo que venimos haciendo habitualmente dado que no estamos teniendo capacidad como para afrontar las necesidades actuales. Por suerte la gente está tomando conciencia de lo que es la cremación, me animo a decir que de cada 10 fallecidos, según lo que charlé con las cocherías, están cremando 6 o 7.
Capacidad mínima
En su descripción fue al hueso y advirtió que la capacidad de inhumación por el momento “es mínima. Estamos hablando de tener 3 o 4 nichos, 3 o 4 fosas, por suerte por ahí con el tema de las reducciones van quedando nichos libres”, y “entonces ahí la vamos sobrellevando”.
Aún así, aclaró que “en muy pocas oportunidades ha ocurrido que no había lugar y quedó el fallecido en un depósito, habilitado para eso, no más de dos días; pero eso fue en alguna contada ocasión, porque en el 99 % de los casos ingresan fallecidos ya con un lugar”.
Más adelante, contó que “con lo que es las reducciones también se va trabajando sobre los nichos que no pagan, que llevan más de 10, 15 años que no pagan. Se notifica al responsable, al familiar, y en el caso de que no aparecen, de que no pagan, de que no les interesa, (9:59) porque hay muchos que directamente no les interesa el familiar, entonces ahí se procede a hacer la reducción se van habilitando los lugares”.
El barrio Moreno se ubica en la zona centro oeste de la ciudad y en su límite sur se erige el Cementerio Municipal, mientras en que la frontera norte funciona un frigorífico exportador. La barriada se vio históricamente afectada por esta suerte territorial y sus habitantes protestaron de las más diversas formas en busca de soluciones. En los días que corren, puede apreciarse que los inconvenientes que acarreaba la planta industrial de faena y procesamiento de carnes fueron salvados. Los problemas que conlleva la presencia del Cementerio aún no encontraron solución de continuidad.