Las nuevas restricciones dispuestas por el gobierno nacional, a las que adhirió la provincia, impactan negativamente en el comercio en general y, en especial, en el sector gastonómico.
En este caso, Vera no es la excepción. El rubro afronta una realidad dificil en extremo tras 13 meses de pandemia y escasa o nula ayuda de los diferentes niveles del Estado.
Los bares y pubs debieron transformarse y adaptar su infraestructura funcional a los nuevos protocolos, con menos capacidad de recibir gente y los costos igual o peor que antes. En todo este tiempo, afrontaron el desafío de trabajar con gente en medio de una pandemia de la que no se avisora el fin.
Ante las nuevas medidas que entraron en vigencia a mediados de abril y que ahora fueron extendidas por una semana más, los integrantes del sector solicitaron el pasado viernes 23 de abril una reunión con autoridades municipales para tratar de acordar medidas conjuntas que atemperaran las vaivenes de la crisis, teniendo en cuenta los bajos índices de contagios que se registran en Vera en la actualidad.
“Queríamos ver la posibilidad de sentarnos a una mesa y buscarle la vuelta, hablar con la provincia, que hagan bajar a algún funcionario, o que hagan algo desde el municipio”, dijeron off de récord a este medio.
Desde aquel pedido pasaron hasta hoy 11 días sin que el gobierno local haya atinado a materializar el encuentro. Recién ayer lunes, tras conocerse que los intendentes de Reconquista y Avellaneda pidieron al gobierno provincial que revise las restricciones para sus ciudades, los dueños de bares y restaurantes fueron contactados desde la Municipalidad de Vera, pero sin fecha clara de una eventual reunión.
De acuerdo a información recogida por InfoVera, ese acercamiento no fue por iniciativa municipal sino que se produjo por pedido, nuevamente, de los empresarios que ya estaban en conocimiento del requerimiento a la provincia de las ciudades de General Obligado.
Al igual que ocurrió el año pasado, la gestión Mitre volvió a excusarse en un “olvido” para explicar la evidente inacción. Desde el Ejecutivo se alegó que estaba confeccionado un proyecto de ordenanza de reducción de impuestos al sector, pero que el presidente del Concejo se había olvidado de presentarlo, y que lo haría esta semana. Un blooper político e institucional, que lejos está de causar gracia.
Sinceramente, a esta altura de los acontecimientos cuesta creer que esta laxitud en los tiempos de gestión pueda estar presente en un gobierno que se promocionó como un cambio de paradigma para la ciudad.