Conocé los motivos por los que estas aves copian los sonidos de las personas.
Los loros repiten de forma mecánica sonidos de su entorno. El fenómeno de la “imitación” se da, de hecho, en varias aves de la naturaleza. Pero, ¿por qué lo hacen?
En estado silvestre, las aves son imitadoras por varios motivos. Según las circunstancias, las que falsifican el canto de otras especies pueden atraer a ejemplares del sexo opuesto, hacer que depredadores poco hábiles crean que está cantando otra especie, o repeler a otras que compiten por el alimento o el territorio.
Puesto que lo humanos suelen notar la diferencia entre el canto de un imitador y el canto del pájaro original, es probable que la actuación tampoco engañe a otras aves (cuya audición es mucho más sensible que la nuestra). Las aves prefieren evitar la confrontación o la competencia más que enfrentarse directamente; y la imitación funciona. Son criaturas gregarias. Estar cerca de su propia especie es esencial para la supervivencia de los loros: mientras uno se dedica a buscar comida, otros están atentos a los depredadores.
Cuando se lo saca de la selva para llevarlo a una casa, el pájaro se aferra a sus dueños humanos. La imitación parece ser un modo de fomentar la cercanía con su “bandada humana”. Le quedan grabadas las vocalizaciones humanas y, por eso, tiene lugar la imitación, debido al deseo de ser parte de una “bandada”, aunque no se trate de un grupo natural. La mayoría de las especies de loros son muy sociables, y la necesidad de interacción social es tan intensa que la conducta innata se modifica para adaptarse a la situación.