Lara Chemes pidió ayuda a la comunidad para esclarecer el millonario robo a su ferretería

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Ferretería Chemes en Vera sufrió en la madrugada del sábado un robo de altísima planificación, en el que delincuentes ingresaron por los techos, desactivaron alarmas y cámaras y cortaron la caja fuerte con amoladora, llevándose dinero en pesos, dólares y objetos de gran valor afectivo.

Lara Chemes, quien estaba al frente del comercio junto a su hermano contó, en diálogo exclusivo con InfoVera, el estremecedor momento en que llegó a su local: “Hoy a la mañana abrí y me encontré con todo… con el panorama”, dijo.

Una alarma desactivada y una escalera que delataba el ingreso. Lara aseguró que la alarma había sido activada la noche anterior, pero cuando entró al negocio algo no funcionaba:
“Estoy segura que la puse. Tiene un ruidito y me acuerdo. Pero cuando entré, la alarma no sonó… me la inhibieron”.

Al ingresar, lo primero que vio fue una escalera dentro del local, en un lugar donde jamás debería haber estado: “Le digo a uno de los empleados: ‘¿Quién dejó esta escalera acá?’ Yo no la dejé”, recordó.

“Quiero que si alguien vio algo y no se anima a denunciar a la policía, que nos diga a nosotros. Que venga al negocio, que nos llame, todo el mundo tiene mi número, o sea… Se va a guardar la identidad, pero que nos ayuden, porque la idea es vivir de vuelta en el Vera que todos queremos y que era el Vera tranquilo, que vivíamos con la puerta abierta, los autos sin llave, con la llave puesta”. Lara Chemes, tras el robo de dólares, pesos y alhajas

Luego caminó hacia la oficina y encontró el corazón del hecho: “Lo primero que hice fue entrar a la oficina de mi papá y veo la caja fuerte abierta, de par en par, y olor a amoladora… es un olor muy característico”.

Ingreso por el techo 

Los ladrones actuaron con un nivel de precisión notable. Entraron por el techo del estudio jurídico lindero y cortaron chapas para acceder al interior. “Me desactivaron las cámaras. Entraron por el techo del estudio jurídico, cortaron la chapa. Sacaron un vidrio fijo y se bajaron por ahí”, describió.

Lara cree que la escalera fue usada para la retirada: “Para mí después pusieron la escalera para irse”.

Un golpe planificado

El botín fue devastador: millones de pesos, miles de dólares, billetes menores y objetos familiares históricos. “Se llevaron todo. Hasta los billetes de 100 pesos de la caja registradora diaria”, dijo. “Literalmente empiezo de cero”, expresó con angustia.

Entre los objetos robados mencionó un reloj de bolsillo de oro de su bisabuelo y un cuentaganado de plata, piezas antiguas de gran valor sentimental y económico.

Un silencio que sorprende

Uno de los elementos más llamativos del caso es el silencio absoluto: “Me llama la atención porque eso hace un ruido tremendo… y nadie escuchó nada. Los vecinos no oyeron nada. Los perros no ladraron”.

Además, reveló un dato clave: “Nosotros todos los días bajamos la llave general de luz para evitar cortos… y ellos sabían dónde estaba. La levantaron para usar la amoladora”.

Modalidad repetida

Chemes recordó otro robo reciente en un comercio cercano: “Es la misma modalidad. En Educom hicieron lo mismo: entraron con guantes, desactivaron todo… para mí deben ser los mismos”.

Lara afirmó que la policía trabajó bien y rápido, y que la Policía de Investigaciones levantó huellas: “Estuve todo el momento con ellos. Levantaron huellas y van a analizarlas”.

Un pedido urgente a la comunidad: “Si alguien vio algo, que nos avise”. La empresaria apeló a la solidaridad de la gente.  A la hora del hecho había mucho movimiento por un partido de básquet que jugaba el Círculo en su estadio y actividad en la zona.

“Si alguien vio algo raro -un auto, un movimiento, una persona- que nos avise. Si no quieren hablar con la policía, que me avisen a mí o a mi familia. Se va a mantener el anonimato”.

El robo dejó secuelas profundas: “Hoy fui tres veces al negocio a ver si la alarma anda. Te agarra una psicosis”, confesó. Y agregó: “Desconfiás hasta de tu propia sombra… ahora pongo la alarma hasta para salir a buscar hielo”.

La inseguridad también amenaza su otro comercio, una joyería: “No sé si dejar las cosas de oro ahí, llevarlas a mi casa… no sabés qué hacer”.

“Lo único que quiero es que se descubra, para que podamos vivir todos tranquilos. Hoy todos los comerciantes me llamaron… es muy raro todo, es la misma manzana”, concluyó, con un mensaje que refleja la preocupación de todo el comercio verense.