
La zona norte de la bota santafesina integra la mesa nacional de la Asociación de Médicos de la República Argentina a través de las doctoras Sandra Barbieri y Luisina Pretto, que fueron parte de la lista encabezada por el actual secretario general, Dr. Eduardo Manuel Taboada, dirigente que seguirá al frente del sindicato por un nuevo periodo.
Las elecciones se realizaron este miércoles 12 a nivel nacional. La Lista 01 Celeste y Blanca fue ratificada en las urnas, con lo cual sus miembros conducirán los destinos de la instancia gremial. En ese sentido, la Dra. Barbieri fue electa como Secretaria de Especialidades Médicas, y la Dra. Pretto como vocal titular.
Ambas profesionales aportaron su visión de la actualidad de la salud pública en la región.
Deterioro
—Doctora, cuéntenos sobre las elecciones en el sindicato de médicos AMRA.
—Nosotros formamos parte de la lista general. Siempre pensamos que las elecciones democráticas de los sindicatos son oportunidades para festejar, a pesar de que ahora atravesamos un contexto bastante crítico hacia el movimiento sindical en general.
Me parece importante remarcar que la presencia de los sindicatos sigue garantizando las convenciones colectivas de trabajo, que no son poca cosa. Muchas veces la gente no comprende la importancia de sentar a un representante sindical frente al de la patronal para acordar salarios y condiciones laborales, acuerdos que luego tienen fuerza de ley y son refrendados por el Ministerio de Trabajo de la Nación. Eso permite que los trabajadores puedan exigir que se garanticen las condiciones en las que desarrollan su tarea cotidiana, no solo en lo salarial.
—¿Qué significado tiene este proceso electoral para ustedes?
—Queremos celebrar el hecho de que volvimos a tener elecciones abiertas y libres en todo el país. El sindicato médico tiene sus particularidades, y nosotros, junto a nuestros colegas, insistimos en que somos trabajadores. Esa es la figura que mejor nos define para poder discutir salarios y condiciones de trabajo.
El espacio sindical es el que tiene representatividad para sostener esta posición, más aún en un momento en que se viene una reforma laboral que ya es inminente. Habrá que estar muy atentos para ver qué ocurre.
—¿Cómo analizan esa reforma laboral?
—Nosotros creemos que algunas reformas son necesarias, porque no podemos ser necios. El trabajo cambió en los últimos 50 años: internet, la inteligencia artificial, todo ha modificado sustancialmente las relaciones laborales.
Pero hay que estar atentos a que esas reformas no terminen siendo un instrumento para flexibilizar las condiciones de trabajo, reducir garantías o volver menos estable el empleo. No podemos retroceder sobre conquistas que costaron tanto, incluso vidas, en estos 50 o 60 años de historia del movimiento obrero argentino.
—¿Y cómo evalúa el rol del sindicalismo en este contexto?
—Creo que hay que tener una mirada más benévola sobre el movimiento sindical. Por supuesto que hay cosas criticables, que no compartimos, pero no podemos dejar de valorar la lucha histórica del movimiento obrero, que logró derechos laborales que hoy vemos como naturales: aguinaldo, vacaciones pagas, jornadas limitadas… nada de eso fue regalado.
Por eso, nos parece importante que el sindicalismo —no solo el de los médicos— tenga elecciones transparentes, claras, con renovación de autoridades, pero sin perder de vista su rol y su peso en la defensa del trabajador.
—Ustedes, desde AMRA, tienen una mirada provincial de la situación sanitaria. ¿Cómo está hoy la salud pública en el norte?
—No estamos bien. Hay un deterioro de la salud pública que, si las condiciones de contexto no cambian, se va a profundizar. No solo en el sector público, también en el privado.
Tenemos bajos salarios y aumento de la demanda porque mucha gente de clase media, ante la crisis económica, recurre a los hospitales públicos. Eso genera más carga laboral, más desgaste y mayor riesgo. Si antes atendías a cinco pacientes y ahora a veinticinco, el impacto intelectual, físico y emocional es enorme.
—¿Esa situación es igual en toda la provincia?
—No, varía mucho. En Rosario, por ejemplo, pedís una tomografía y la tenés; en el norte, antes de indicar un estudio tenés que pensar si el paciente puede pagarlo, si la obra social lo cubre, si el hospital tiene cómo trasladarlo. Todo se complica.
La gente está agotada. Y hay algo que sostenemos hace tiempo en las mesas paritarias: hay fuga de profesionales del sistema público, no solo al privado, también a otras provincias y al extranjero. No se van todos juntos, pero sí en un goteo constante.
—¿Qué pasa con la falta de profesionales en el interior?
—Es muy difícil conseguir médicos. Te doy un ejemplo: en Ceres hubo una noticia de que renunciaban 15 profesionales. Fuimos hasta allí y comprobamos que fueron 7 u 8, pero el problema de fondo es el mismo: el recurso humano.
Si un profesional está bien pago, tiene condiciones laborales dignas y un ambiente de trabajo adecuado, se queda. Pero si no, ¿Cómo convencer a un joven recién recibido para que venga a trabajar al norte por 1.200.000 pesos? Es muy difícil.
—¿Y en materia de infraestructura, como las maternidades o terapias intensivas?
—Hay hospitales nuevos, pero con problemas de personal. En Ceres o Tostado hay un desfile de embarazadas que buscan atención. Y, sinceramente, no tenemos maternidades seguras: faltan médicos, anestesistas, neonatólogos, bancos de sangre.
Lo mismo pasa con la terapia intensiva de Vera. Fue una idea que generó ilusión, pero desde el inicio dijimos que iba a ser muy difícil sostenerla por falta de recursos humanos. La propia secretaria de Salud, la doctora Andrea Uboldi, reconoció que Vera no está en condiciones de tener una terapia intensiva.
—¿Qué implica eso para la comunidad?
—Que hay que decir la verdad. No podemos generar falsas expectativas. La gente tiene derecho a saber qué servicios puede ofrecer el hospital local y qué respuestas reales se pueden dar.
Rescato el trabajo de la doctora Uboldi, que es una profesional comprometida y muy presente en toda la provincia, pero el Ministerio debe ser claro: no podemos prometer lo que no podemos cumplir. Vera tiene una sala clínica digna, pero todavía hay cosas pendientes, como los baños nuevos, y en algunos aspectos hemos retrocedido.
—Entonces, ¿Qué mensaje dejaría?
—Que la gente sepa dónde está parada, que entienda qué puede exigir al sistema de salud del interior. Y que el Estado, si quiere verdaderamente fortalecerlo, debe garantizar sueldos dignos, condiciones laborales adecuadas y políticas de arraigo profesional. Sin eso, la salud pública seguirá deteriorándose.
Recurso humano
Por su parte, la Dra. Pretto centró la atención en el “déficit marcado de recursos humanos, no solo de las diferentes especialidades médicas, que hace falta muchísimo, sino que se nota mucho más en el sector de guardia, donde hay pocos médicos, pero hay mucho menos médicos fijos en la guardia, y ahora se viene una época bastante compleja, complicada, que son las fiestas, las vacaciones. Entonces, es muy importante reforzar todo lo que es el sistema de guardia”.
Agregó al respecto que eso ocurre “no solo en lo que es los profesionales, sino en el sector de enfermería, que acompañan los médicos en los consultorios externos, y también en lo que es salud laboral. Eso también es algo que estamos reclamando hace más de un año, que no contamos con médico laboral, entonces el profesional, por ejemplo, que se enferma y saca una licencia de corta duración, tiene que llevar su certificado a Reconquista, ya sea de La Toscas, de Villa Ocampo, de Vera, entonces implica no solo un gasto monetario, sino también de tiempo”.
La profesional valoró el hecho de que “muchos de los profesionales que están dentro del sistema de salud pública de nuestra ciudad, más están por compromiso con su ciudad, porque son de acá, porque han venido a estudiar en algún momento y se han quedado, pero es difícil por ahí repatriar a otros. La verdad que es bastante, bastante complicado convencer a los médicos de afuera que vengan acá”.
Sistema desfinanciado
Por último, retomó la palabra la Dra. Sandra Barbieri para exponer que “los sistemas de salud pública, en lugar de ser cada vez menos necesarios están siendo cada vez más necesarios. Y contradictoriamente, en este mismo sentido, se están desfinanciando los sistemas públicos. O sea, es una situación que yo creo que, si se persisten con la misma posición de rigidez, va a traer consecuencias a largo y a corto plazo”.
“Yo quiero que entienda la gente que las cosas no suceden por generación espontánea, hay contextos políticos que condicionan los resultados en la salud pública. Entonces, tienen que saber dónde estamos parados y tienen que saber cuál es el rol de los profesionales, en las condiciones en las que estamos trabajando, para que se sepan realmente cuál va a ser el resultado de esta mezcla explosiva”, cerró.





















