Sosa emocionó en la Convención Reformadora: fue ovacionado y recibió un sentido abrazo de la ministra Victoria Tejeda

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En la sesión de este sábado de la Convención Reformadora, el senador Osvaldo Sosa protagonizó uno de los momentos más emotivos de la jornada. En un encendido discurso, que culminó con la ovación de los convencionales presentes y un fuerte abrazo de la ministra Victoria Tejeda, Sosa repasó el espíritu inclusivo de la reforma y defendió artículos clave vinculados a los derechos humanos, la equidad territorial y el reconocimiento de los pueblos originarios.

“Llegué a esta Convención Reformadora y me encontré con el inmenso honor de poder presidirla. Vine por los derechos que no estaban reconocidos, que no se visibilizaban”, comenzó Sosa, con la voz entrecortada por la emoción.

El legislador destacó el trabajo de la comisión encargada de consensuar los artículos, valorando que “se puso el corazón sobre la mesa y hablamos como sentipensantes, buscando mejorar la calidad de vida de muchas personas”.

Entre los puntos centrales de su intervención, subrayó la participación plena y efectiva de las personas con discapacidad, promoviendo apoyos y ajustes razonables, bajo un enfoque de diseño universal y accesibilidad. “Una provincia que no incluye, discrimina”, sentenció.

Sosa también hizo hincapié en el reconocimiento a la preexistencia étnica y cultural de los pueblos originarios, leyendo un fragmento que será incorporado al acta taquigráfica y que reconoce expresamente a comunidades mocovíes, qom, mapuches, guaraníes, chanáes, tonocotés, diaguitas calchaquíes, querandíes y charrúas, entre otras.

En ese marco, recordó que la sesión coincidió con el Día Internacional de la Mujer Indígena, en homenaje a Bartolina Sisa, y resaltó que “una mujer fue la primera referente de las comunidades en la provincia de Santa Fe, en mi propio departamento”.

Finalmente, el senador planteó la necesidad de garantizar la equidad territorial, advirtiendo que “en la provincia de Santa Fe, cuando se habla de discriminación geográfica, se piensa en el norte, que estuvo históricamente olvidado”.

Visiblemente conmovido, cerró su discurso con una reflexión personal:

“Hace muy poco cumplí 78 años. No tengo 78 años: los gasté. Pero me quedan los que vienen, y esos años van a servir para no retroceder en la búsqueda del cumplimiento de estos derechos”.

El recinto estalló en aplausos. La emoción se coronó con un abrazo sincero de la ministra Victoria Tejeda, que compartió junto a Sosa la defensa de estas reivindicaciones en la reforma constitucional.