Por Sergio “Chiqui” Rojas – Diputado de Santa Fe
El pasado 15 de agosto en la ciudad de Villa Ocampo, los gobernadores de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y de Corrientes, Gustavo Valdés, firmaron un acta compromiso para la creación de la Región Litoral, un nuevo espacio interjurisdiccional destinado a definir estrategias y proyectos comunes, con el objetivo de impulsar iniciativas que presten, por fin, atención al desarrollo del noreste argentino.
Siguiendo el camino transitado por la Región Centro, que integra a Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, y del cual formo parte desde mi rol de diputado provincial, en este punto de partida la Región Litoral se posiciona con un enorme potencial transformador, a partir de intereses, características y esfuerzos compartidos.
Se trata de un ámbito desde el cual pensar y planificar la producción, los servicios, el turismo, rutas, caminos y puentes, accesos a puertos y conexiones fluviales, en lo que a obras de infraestructura y desarrollo económico refiere, pero sin desatender las acciones orientadas a generar mayores oportunidades educativas, laborales y culturales que favorezcan, en definitiva y en conjunto, a una mejor calidad de vida y arraigo en nuestros pueblos y ciudades.
El territorio nortefesino
En los departamentos General Obligado, Vera y 9 de Julio, que comparten el extremo norte de la provincia, habitan aproximadamente unas 285.000 personas, repartidas en un territorio de casi 50.000 km² y distribuidas en 10 municipios, 37 comunas, y un vasto conjunto de parajes rurales.
Es en 1886 cuando la bota de Santa Fe toma su actual forma, al integrarse esta porción del territorio al resto de la geografía provincial, hasta el Paralelo 28°, entonces Territorio Nacional del Chaco, que comprendía espacios que hoy forman parte de las provincias de Formosa, Santiago del Estero, Chaco y norte de Santa Fe.
Es por aquella época que en esta región, además de los asentamientos y fundaciones que surgen como colonias agrícolas con migrantes europeos como protagonistas, se crearon una serie de poblados, que nacieron de la explotación de los bosques nativos por parte de capitales extranjeros: los pueblos forestales.
Esta nueva realidad terminó de consumar el desplazamiento y reducción de los pueblos originarios, que aún resistían y persistían en la defensa de su derecho a habitar y permanecer en las tierras de sus ancestros. La Comandancia General de la Frontera Norte, a cargo de Manuel Obligado, complementada por los avances fronterizos por el Coronel Jobson, fue particularmente violenta e implacable en la persecución de los pueblos originarios, asegurando al mercado tierras a precios irrisorios para su explotación.
La ganadería, favorecida por los pastizales naturales, es una de las actividades características de la zona, a la que se agregan cultivos agrícolas, algunas industrias importantes, y una numerosa cantidad de pequeñas y medianas empresas, cooperativas y emprendedores.
La Cuña Boscosa en el centro, los Bajos Submeridionales hacia el oeste, y el valle del Río Paraná y el Jaaukanigás hacia el este, ofrecen una diversidad de ecosistemas. El tipo de clima y las alternancias entre lluvias y sequías, también son características compartidas.
No obstante las condiciones ecológicas, sociales y económicas favorables para el desarrollo, el desequilibrio territorial entre norte y sur continúa siendo un desafío para Santa Fe. En este norte que habitamos, las distancias son extensas y en muchos casos deben recorrerse por caminos de tierra o ripio, en especial para llegar desde la ruralidad a los bienes, servicios y actividades que sólo las principales y escasas ciudades de la región ofrecen.
En términos de infraestructura y oportunidades, las asimetrías también siguen presentes.
Algunos de los elementos mencionados provocan y resultan, a la vez, condicionantes estructurales que obstaculizan el desarrollo de los pueblos, aunque superados por el esfuerzo y la creatividad de sus habitantes.
El (des)equilibrio territorial
Sin desconocer los recursos y potencialidades de la región, pero a fin de abordar los desequilibrios antes mencionados es que entre 2016 y 2019 el Gobierno de Santa Fe, a cargo entonces del Ing. Miguel Lifschitz, implementó el “Plan del Norte”, una política de escala regional destinada a los departamentos 9 de Julio, Vera y General Obligado, que retomó lo contemplado en el Plan Estratégico Provincial, actualizándolo a través de una serie de instancias participativas junto a actores públicos y privados, de lo que resultaron 130 proyectos definidos para la transformación de la región.
Se trató de la acción más concreta en la historia reciente de Santa Fe destinada a lograr la aclamada “reparación histórica” del norte, que todos los sectores políticos de la provincia expresamos entender justa y necesaria. Y ello realizado de una perspectiva de desarrollo integral, que comprendía no sólo obras de infraestructura y políticas producti¬vas, sino también po¬líticas sociales, la educación, la salud, la vivienda, el medioambiente, la cultura, el deporte, el abordaje de la seguridad y la violencia.
En este marco, se procuró en aquellos años la incorporación del norte santafesino al Plan Belgrano impulsado por el gobierno nacional. De las múltiples gestiones realizadas por distintos funcionarios, todas con sus correspondientes fundamentos y propuestas, no se obtuvieron respuestas positivas, negando a la región el acceso a los beneficios que esta iniciativa ofrecía.
El Plan del Norte, por su parte, logró significativos avances, monitoreados y registrados en distintos documentos por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). No obstante tales logros, el norte aún requiere de una atención diferenciada para lograr una provincia equilibrada y con igualdad de oportunidades para cada uno de sus habitantes. La voluntad política y la Región Litoral son un buen augurio en tal sentido.
Conexiones transversales
La conectividad en general, y en particular una ruta transversal, es una de las grandes apuestas necesarias para potenciar al norte.
La pavimentación, recientemente anunciada por el gobernador, del último tramo pendiente de la Ruta Provincial N° 3, que atraviesa el departamento Vera de norte a sur, uniendo la ciudad cabecera con la localidad de Los Amores, ya al límite con la provincia de Chaco, es una obra fundamental para mejorar la conexión interprovincial, generando más desarrollo para todos los pueblos a su alrededor, no sólo económico, sino en términos de oportunidades laborales, de estudio, y de acceso a servicios esenciales como la salud.
En el mismo sentido, imaginemos un escenario en el que exista una ruta transversal que permita conectar Santiago del Estero, Santa Fe y Chaco, para poder transportar la producción de manera más eficiente y menos costosa, aprovechando también los puertos santafesinos, especialmente Puerto Ocampo, pero también los mercados de los países limítrofes.
Particularmente creo que la Ruta Provincial N° 30 es clave para cumplir ese rol, beneficiando enormemente a los tres departamentos del norte y sin dudas también a las provincias vecinas, por el conjunto de externalidades que significaría.
El Litoral amplio
El norte santafesino coincide no sólo con la provincia de Corrientes, sino también con otras de la región chaqueña, en características sociales, ambientales y productivas que les son comunes, como también en una serie de necesidades.
Como verense y nortefesino celebro y acompaño la decisión política de los gobernadores para abordar de manera conjunta las problemáticas compartidas, iniciando un camino al que pronto puedan incorporarse otras jurisdicciones como Chaco, Santiago del Estero, Misiones y Formosa.
Es central también que la mirada de los actores relevantes por su actividad y representación social o territorial sea incorporada para pensar el desarrollo territorial y, a partir de allí, continuar impulsando iniciativas concretas.
Otros proyectos para la región que sin duda pueden lograr un fuerte impulso con estrategias comunes son la Hidrovía Paraná-Paraguay, la Autopista Ruta Nacional N° 11, el puente Reconquista – Goya, el Gasoducto del noreste argentino, y la comunicación ferroviaria, por nombrar sólo algunos.
Esperamos que esta iniciativa interprovincial encuentre en otros niveles de gobierno un aporte a su determinación para la concreción de estas obras tan esperadas y que cada uno de nosotros se entienda parte de esta misión. Es momento de que el norte se asuma nuevamente protagonista de su propio desarrollo.