La madrugada lluviosa del domingo acentuó su tristeza con la noticia de la partida del querido maestro músico Dardo “Yiyi” Mudry.
Una verdadera “marca registrada” en toda la región, que supo de sus desvelos y a la que se prodigó con generosidad, tanto en la escuela como en las noches de amigos.
Su presencia marco el corazón de mucha gente que lo recordará por siempre como un referente, porque era muy común que al escuchar el apellido Mudry lo relacionen con el “maestro del bandoneón”.
Alguna vez bromeaba recordando que cuando la Cuña Boscosa empezó su colonización, él ya la había conquistado con su música, atravesando picadas y desafiando tormentas.
Gestos que quedarán en el recuerdo para siempre, como aquellas frases que hicieron inmortales a personajes como “Chachón” Acosta con su “brindo por ella y ese amor callado y silencioso”, el querido Ramón “Quitito” Godoy y su “sinfonía de cristales”, a la que habrá que sumar ahora su cascarrillo “qué pasa con Bety…” cuando lo apuraban con el final de la tertulia.
El duende de tu son, che bandoneón,
se apiada del dolor de los demás,
y al estrujar tu fueye dormilón
se arrima al corazón que sufre más.
Tu repentina partida nos llena de tristeza, esa misma que tiene tu bandoneón que ahora sufre sumido en la orfandad.
Hasta siempre querido Yiyi y desde el fondo de mi corazón te digo gracias por todo lo que diste y por los gestos que siempre tuviste conmigo.
Manuel Mudry