Adolescente ofrecía a sus primitos jugar al Minecraft para abusar de ellos

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Tiene 19 años y pasará los próximos 20 tras las rejas, tras ser condenado por someter repetidamente, con “violencia y engaño”, a dos niños. Tiene una causa similar en la Justicia de Menores.

Un adolescente de 19 años fue condenado a 20 por abusar en reiteradas oportunidades de dos primitos -de 7 y 8 años- cuando ellos visitaban la casa de su familia, en Reconquista. Además, posee una declaración de responsabilidad en una causa que tramita en la Justicia de Menores, por someter sexualmente a otra víctima.

La sentencia impartida por los jueces Santiago Banegas, Gustavo Gon y Mauricio Martelossi fue unánime, condenando así a 20 años de prisión a Mateo Fabián Cepeda (19) como autor de “abuso sexual con acceso carnal” en concurso ideal con “promoción a la corrupción de menores agravada por ser la víctima menor de 13 años y por haber sido cometida con violencia y engaño”, esto en reiteradas oportunidades y en perjuicio de dos niños.

La pena había sido solicitada por el fiscal Juan Sebastián Marichal, quien en el juicio estuvo acompañado por los abogados querellantes Ricardo Degoumois y Daniel Baralle (en representación de los padres de las víctimas). La defensa técnica de Cepeda estuvo a cargo de los Dres. Andrés Ghio y Juan José Celano.

Paralelamente a esta causa, tramita otra en la Justicia de Menores, en la ya hubo una declaración de responsabilidad hacia este depredador sexual y resta que se le imponga una pena.

“Cosas de primos”

Durante el juicio que culminó este viernes, se expuso que los niños eran abusados cuando visitaban la casa donde vivía Cepeda junto a su familia, y si bien ambos fueron objeto de ultrajes por parte de su primo, nunca presenciaron el sometimiento del otro.

Una noche de julio de 2020, tras enterarse que el fin de semana viajarían nuevamente a Reconquista (algo que sucedía al menos una vez al mes, y se había cortado a fines de marzo por la cuarentena), el niño de 8 vio a su hermanito de 7 angustiado y cuando comenzaron a hablar se dieron cuenta de que en esas “visitas familiares” ambos eran forzados por su primo.

Juntos fueron a la habitación de sus papás, que ya estaban acostados, les manifestaron que no querían realizar ese viaje y, como pudieron, les contaron lo que hacía años venían padeciendo. Luego, lograron explayarse un poco más en una conversación con su mamá, quien tras consultar con su médico de cabecera realizó la denuncia.

Ante sus progenitores, diversos profesionales de la salud y la entrevistadora en cámara Gesell, los chiquitos detallaron sus visitas a Reconquista. Generalmente Cepeda les ofrecía mirar videos o jugar al Minecraft en su computadora -que estaba ubicada en su pieza- o los llevaba al baño para perpetrar los abusos. En algunas ocasiones, los sometió en la pileta y en el pasillo, mientras los adultos estaban en otra parte de la casa.

Los engañaba diciéndoles que lo que hacían eran “cosas de primos”, algo “normal”, por lo que no debían contarle a nadie. Cuando se resistían, o intentaban, escapar los sujetaba hasta que no les quedaba otra alternativa más que retroceder debido al dolor que les infringía.

“Graves y aberrantes”

En su acusación, el fiscal Marichal señaló que “la magnitud del daño causado por la conducta de Cepeda no puede ser cuantificada” ya que el sometimiento reiterado a las víctimas pudo haber generado “daños a la salud (particularmente de orden psicológicos) y daños morales de distinta intensidad”, además de las lesiones físicas constatadas.

“Se trata de delitos graves y aberrantes” cometidos sobre dos niños “muy pequeños, notándose la gran indefensión de las víctimas producto de su inconsciencia respecto de lo que les ocurría y el engaño al que eran sometidos”. Esto “fue especialmente previsto y planeado por el agresor, quien se aprovechaba de esas circunstancias”.

Si bien los menores relataron que los abusos comenzaron aproximadamente en 2017, Cepeda cumplió la mayoría de edad recién en enero de 2020, por lo que la fiscalía sólo pudo endilgarle los delitos cometidos a partir de esa fecha. Es por estos que fue condenado el viernes.

En su resolución, el tribunal también ordenó que se lo identifique genéticamente para su posterior inscripción en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual, que funciona en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Este depredador sexual de 19 años pasará los próximos 20 en prisión.

Fuente: El Litoral