“No fue una competencia, por eso no hay ganadores ni perdedores. Todos expusimos nuestras propuestas y los verenses eligieron. Ahora, a seguir trabajando unidos, más firmes que nunca, para lograr más éxitos y poner bien arriba a Vera”, fue la frase con la que Paula Mitre sintetizó el fuerte respaldo que el pueblo le dio a su gestión, logrando mantener las dos bancas que se jugaban en el CM y ahora ocuparán Nancy Senn y Marcos Rubianes.
Indudablemente que la gente está de acuerdo con el rumbo y la impronta que la primera mujer intendente puso en práctica para salir del letargo.
Pero veamos también el contexto que conformó la previa durante la campaña donde algunos salieron en busca del “voto barrio”, incluyendo a los distritos, aplicando un discurso que resultó anacrónico -a veces hasta de barricada- o argumentando la famosa “cercanía con la gente”, que el vecino no compró.
Venimos de un pasado violento, donde las palabras a menudo provocan heridas que llevan mucho tiempo cicatrizar, sin embargo hubo quienes se empeñaron en seguir tirando sal en carne viva. Así les fue…
Podría decir a riesgo de equivocarme, por supuesto, que más allá de las virtudes del gobierno municipal la oposición cayó por sus propios defectos.
La gente demostró que no extraña tanto a Reno, que Mario forma parte de un pasado que se prefiere olvidar y que Sumemos Esfuerzos dejó de ser la alternativa de sus comienzos, como ya se había demostrado en las PASO. Tendrán que barajar y dar de nuevo, la estrategia fracasó una vez más y no se aprende…
A pesar de que políticamente no habrá mayores cambios, la expectativa estará centrada en ver como conviven, los novatos, la experiencia y los impulsivos que serán los protagonistas de este nuevo momento histórico, en un Concejo Municipal que espero esté a la altura de las circunstancias, mirando el futuro pero con el pasado en la nuca.
Felicitaciones a todos los que participaron de una verdadera fiesta cívica, en una jornada donde reinó la convivencia y la paz. Como debía ser y fue.
Manuel Mudry