Para evitar fiestas clandestinas y el éxodo de jóvenes, habilitarían espacios al aire libre con burbujas y mayor franja horaria para bares

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En el mediodía de hoy se reunieron autoridades municipales con funcionarios de Seguridad.

En la sede municipal mantuvieron una reunión la intendente Paula Mitre, acompañada por los secretarios de Control, Jorge Yuquich, de Gobierno, Nancy Senn, con el jefe de la Unidad Regional XIX, Julio Lucero, y el delegado de Seguridad, Nicolás Nardoni.

El motivo del cónclave fue la proliferación de las fiestas clandestinas en la ciudad y el abordaje de una estrategia conjunta para ponerles coto.

Es que la juventud de Vera, al no tener lugares bailables habilitados para la diversión, emigra hacia otras ciudades de la región: a Malabrigo, Romang, y a Calchaquí, como ocurrió el fin de semana con El Cristal.

La muerte de una joven de 29 años el domingo en Reconquista, que falleció tras ser embestida desde atrás por un conductor de 34 años alcoholizado bordo de un Peugeot 206 que salía de una fiesta clandestina, puso en alerta al gobierno local.

Según pudo recoger InfoVera luego del encuentro, se avanzaría con varias medidas:

  • extender el horario de cierre de los bares y restaurantes, que el 24 no abrieron porque con la franja horaria vigente no tenían margen de funcionamiento satisfactorio
  • habilitar lugares al aire libre con burbujas donde se pueda pasar música, y permitir que los boliches funcionen como tales con un protocolo especial.

Todo con el objetivo de desalentar reuniones prohibidas y desalentar los viajes a otras localidades con el riesgo que ello implica.

Lógicamente, que al igual que con la liberación de los accesos a la ciudad (Vera era la única ciudad que mantenía los vallados cuando hacía semanas que ya ninguna ciudad o pueblo los tenía) el gobierno local intenta tomar cartas en una problemática, las de las fiestas clandestinas, un poco tarde. Es claro que debió actuar antes de las Fiestas, por lo menos.

No vendría mal que los gobernantes verenses se fijaran lo que ocurre en otros distritos. Sin ir más lejos, Romang habilitó el balneario para que los jóvenes pudieran celebrar la Navidad, lo propio hizo Calchaquí en El Cristal: en ambos casos fue un éxito, no hubo disturbios, no hubo accidentes, rigió la obligación del conductor designado, nadie tuvo que salir huyendo porque eran fiestas habilitadas.