
La campaña electoral se acerca a su final y, en un contexto marcado por la urgencia climática, la falta de debate y la baja participación en las PASO, el candidato a concejal Javier Barbona habla con claridad: “No se trata sólo de ganar una elección. Se trata de cambiar la forma en que se entiende la representación. El Concejo tiene que dejar de ser un espacio lejano y convertirse en un puente real con la gente”.
Una campaña atípica, marcada por la emergencia
“Fue una campaña más corta, condicionada por la crisis hídrica que atravesó a toda la ciudad. Eso limitó muchas actividades, pero también nos mostró lo que ya sabíamos: cuando llegan los problemas, lo que vale es estar. Y ahí estuvimos, acompañando, recorriendo, escuchando lo que no siempre se dice en voz alta”, señala Barbona.
Sin confrontar de forma directa, deja una observación clara sobre el funcionamiento municipal: “Si bien hubo acciones, faltó previsión y hubo zonas donde los vecinos se sintieron desamparados. No alcanza con estar después. La planificación tiene que ser constante, y las respuestas tienen que ser rápidas y visibles. En momentos de crisis, la gestión no puede mirar para otro lado”.
Quejas en redes y silencios institucionales
En los últimos días, se habló mucho de las críticas que los vecinos expresan en redes sociales. “A veces se apunta contra la gente porque ‘se queja en Facebook o en Instagram’. Pero nadie se enoja porque sí. Cuando no hay otros espacios donde expresarse, cuando no hay escucha real, la gente recurre a lo que tiene a mano. La queja en redes es síntoma de algo más profundo: la necesidad de ser vistos y oídos. Y eso nos obliga a repensar cómo construimos diálogo desde las instituciones”, plantea.
También suma una advertencia: “No se puede pedir respeto si no hay canales activos de participación. Un reclamo puede ser incómodo, pero es legítimo. Y si uno representa a la comunidad, tiene que estar dispuesto a escuchar incluso lo que no le gusta”.

La ausencia del debate y el valor de la palabra pública
Otra situación que marcó esta campaña fue la suspensión del debate entre candidatos. “Fue una gran oportunidad perdida. El Concejo es, justamente, el espacio donde las ideas se ponen en juego, donde se escucha al otro, donde se trabaja para la gente ¿Cómo se construyen consensos si no somos capaces de debatir en campaña? Personalmente, me había preparado para eso, no para polemizar, sino para explicar cómo pienso trabajar, cómo entiendo el rol del concejal. Lamento que ese espacio no haya existido, y creo que no nos lo debemos entre candidatos: se lo debemos a la gente”.
La política como construcción con el otro
Uno de los gestos más potentes de la campaña de Barbona fue la campaña del árbol, que logró gran adhesión en barrios, escuelas e instituciones. “Cada árbol plantado fue una forma de decir: acá estamos, pensando en el futuro. Fue una acción sencilla, sin grandes recursos, pero con un sentido profundo: sembrar compromiso, participación y comunidad. No fuimos con promesas, fuimos con hechos. Y eso es lo que queremos llevar al Concejo: acciones concretas que involucren a la gente, que generen pertenencia”.
Agrega, “Se puede hacer política desde lo simple, desde lo cotidiano, desde el encuentro. La política no tiene que ser una estructura distante, sino una herramienta para transformar realidades, aunque sea con pequeños gestos que dejan huella”.
Jóvenes: los olvidados de la agenda local
Otro de los ejes que Barbona viene planteando hace tiempo es la necesidad de repensar el lugar que ocupan los jóvenes en Vera. “No tienen espacios para expresarse, ni para capacitarse, ni para desarrollar lo que saben hacer. La oferta cultural y laboral es escasa, y eso los empuja a irse. Y cuando los jóvenes se van, lo que perdemos no es sólo población: perdemos ideas, energía, futuro. Es urgente abrirles la puerta, incluirlos en la toma de decisiones, escucharlos de verdad. No podemos seguir diseñando políticas ‘para’ jóvenes sin que ellos estén sentados a la mesa”.
En ese sentido, ha mencionado propuestas de articulación entre lo social, lo cultural y lo productivo, con presupuestos claros y estructuras abiertas. “Hay que dejar de pensar en los jóvenes como problema y empezar a verlos como parte de la solución”.
El Concejo como espacio vivo
Consultado por su visión del rol que debe tener un concejal, Barbona no duda: “Controlar al Ejecutivo, legislar con participación, representar con cercanía y gestionar junto a la comunidad. Eso no es una consigna: es un plan de trabajo. Controlar no es enfrentarse, es velar por el uso correcto de los recursos y por el cumplimiento de las ordenanzas. Legislar no es escribir ordenanzas imposibles, es construir normas útiles, aplicables y consensuadas. Representar es estar: caminar los barrios, atender problemas, construir vínculos. Y gestionar es articular: con la provincia, con instituciones, con los vecinos”.
Remarca que esas tareas no pueden concentrarse en períodos electorales. “El compromiso no puede aparecer cada dos años. Tiene que sostenerse todo el tiempo. El concejal no está para levantar la mano en una sesión, sino para abrir caminos, resolver trabas y estar presente donde haga falta”.
“Este domingo, el voto es nuestra herramienta”
Finalmente, Javier Barbona hace un llamado a la participación: “Las PASO mostraron una baja participación. Lo entiendo. La gente está cansada. Pero este domingo tenemos otra oportunidad: votar con conciencia, con memoria y con esperanza. No es un trámite, es una forma de decir lo que queremos para nuestra ciudad”.
Y concluye con un mensaje directo: “No nos resignemos a que todo siga igual. Podemos construir otra manera de hacer política. Más humana, más cercana, más concreta. Y eso empieza con el voto, pero sigue con el trabajo de todos los días. Por eso les pido que este domingo participen. Vera puede más, y lo vamos a lograr si sumamos esfuerzos”.