(Video) No hay rastros de los autores de dos “escruches”, uno millonario y el otro perpetrado a media tarde en Vera

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Dato oficial. La Unidad Fiscal de Vera aun no recibió los legajos -las investigaciones- de dos hechos contra la propiedad que sacudieron a la comunidad verense.

¿Qué significa? Que la PDI y el organismo a cargo de la persecución penal del MPA no pudieron determinar quiénes fueron los autores de “escruches” -forma de robo en la que los delincuentes ingresan a una vivienda en ausencia de sus habitantes, vulnerando su privacidad y seguridad- y, en consecuencia, no elevaron resultados concretos a los fiscales para que estos puedan imputar y detener.

Los hechos, uno ocurrido el 22 de enero en la vivienda particular del empresario Juan Pablo Rossini y otro sucedido el 6 de febrero en el local comercial céntrico de Omar Klein -Educom-, debieron ser obra de ladrones con cierto profesionalismo, que se valieron de inteligencia previa para ser ejecutados.

Un desastre

A Rossini le ingresaron a media tarde, alrededor de las 17:30, por la puerta principal de su casa. Le hicieron un desastre, dieron vuelta todo, rompieron objetos en busca de dinero o joyas. No robaron nada, a pesar de que había elementos de valor como una notebook y un celular iPhone. A la camioneta que estaba en el garaje hasta le sacaron los plásticos de abajo del asiento, tumbaron los cuadros de las paredes en busca de alguna caja fuerte.

Rossini estuvo dos días, junto a su pareja, para volver a poner en orden el interior de su domicilio, lo que habla a las claras de la virulencia con que actuaron los cacos.

La PDI se hizo cargo de la investigación -es un decir nada más-, pero no pudo hallar rastros de los delincuentes. “Entraron con guantes”, les dijeron a las víctimas. Más de un mes después no hay novedades, de ningún tipo. La causa está caratulada como “hurto simple”.

Así quedó el interior de la casa de Juan Pablo Rossini.

Con sogas

El 6 de febrero, presumiblemente a la madrugada y valiéndose de sogas, malvivientes accedieron al sector interno de local de venta de artículos de informática Educom ubicado en plena calle San Martín y, sin tocar la mercadería existente, se dirigieron a la oficina y se llevaron un motín estimado en varios millones de pesos. Tampoco hay rastros en este caso. Ni de cerca.

“En absoluto, no tuve ninguna novedad, para nada”, dijo a InfoVera Omar Klein, que agregó que se encargó de pasar varios datos y sospechas sobre lo ocurrido a la PDI, pero “no vinieron más, no me consultaron más nada. Ni siquiera saben por dónde subieron al techo”.

El comerciante indicó que la Policía de Investigaciones “estaba creída que habían entrado por el fondo del local, el fondo mío da al patio de las oficinas de CSDNet, y ellos tienen cámaras ahí, pero en las cámaras no se ve nada, entonces lo dejaron ahí. No volvieron, no subieron nuevamente al techo, no hicieron una reconstrucción, una caminata por los techos de los vecinos para ver por dónde pudieron haber subido, no hicieron absolutamente nada, quedó todo ahí en la nada”.

Consultado acerca de la falta de huellas, Klein estimó que “evidentemente se trabajó con guantes”, aunque los funcionarios policiales no estaban seguros de si eran con guantes o si la ausencia de rastros se debió a la transpiración o a la llovizna del momento, porque justo en ese momento llovió en Vera.

“Había marcas por todos lados, pero no se pudo recoger ninguna huella. Así que sí, trabajaron con guantes”, consideró.

Con relación a la modalidad utilizada para entrar al comercio, graficó que “colgaron una soga, que es un cable de electricidad, un cable bipolar de electricidad, junto con una soga, los dos a la par, le fueron haciendo nudos cada 40 a 50 centímetros para poder agarrarse de esos nudos y descender. Más abajo se ve el cielorraso roto, rompieron el cielorraso para entrar hasta la oficina, y se movieron ahí adentro de la oficina nomás, no salieron de la oficina, no fueron hacia el depósito, ni bajaron siquiera hasta el salón comercial, se manejaron ahí”.

“Cuando encontraron la plata agarraron y evidentemente se fueron”, concluyó.

Tierra de nadie

Con estos dos casos resonantes irresueltos la sensación que prima en la clase comerciante es la misma: Vera pasó a ser tierra de nadie. La multiplicidad de robos, los modus operandi empleados, la falta de avances en las pesquisas sugieren esa realidad. La inseguridad golpea con fuerza a la ciudad cabecera del departamento Vera. 

Otro dato para cerrar esta crónica, casi oficial: la relación entre la PDI y la policía preventiva parece rota, con canales cortados de colaboración. Desde la “policía de azul” que depende de la Unidad Regional XIX varias voces consultadas dieron cuenta de esta situación, que no dudaron en atribuir al nivel de superioridad con que pretende manejarse la conducción de Investigaciones. 

En Educom, colgaron una soga, que es un cable de electricidad, un cable bipolar de electricidad, junto con una soga, los dos a la par, le fueron haciendo nudos cada 40 a 50 centímetros para poder agarrarse de esos nudos y descender.