Santa Fe y Corrientes: un compromiso histórico con el Litoral en el centro

COMPARTIR

Maximiliano Pullaro y Gustavo Valdés firmaron en Villa Ocampo un acta para la creación de la Región Litoral.

Por Gustavo Capeletti

La historia dirá que en el mediodía caluroso del 15 de agosto de 2024 los gobernadores de Santa Fe y Corrientes firmaron en Villa Ocampo un acta compromiso para la creación de la Región Litoral, con múltiples objetivos de crecimiento y desarrollo conjunto.

La foto de Maximiliano Pullaro y Gustavo Valdés, en la cabecera del puente sobre el Paraná Miní, certificará esa crónica en forma gráfica y, más allá de la suerte que corra la iniciativa, dejará constancia de la sensibilidad de ambos gobiernos para poner el oído en dinámica social, productiva, cultural y turística de la región.

De esta región que, a fuerza de ser sinceros, nunca se sintió parte de la Región Centro que Santa Fe compone con Córdoba y Entre Ríos y que siempre bregó por su pertenencia al Norte Grande y, más aún, al Litoral.

Por idiosincrasia, culturalidad y lazos tejidos a fuerza de logros y necesidades compartidos, los departamentos del norte de la bota santafesina interaccionan de manera frecuente y natural con sus pares de la otra orilla, muy a pesar de la falta de una conexión física directa que acerque territorios y voluntades.

En el pasado reciente, fueron tan ingentes como desatendidos los reclamos de la comunidades y dirigencia política norteña para que la franja septentrional de la provincia fuera incluida en el Plan Belgrano, aquel megaproyecto de la gestión Macri de US$ 16.000 millones para conectar el Norte Grande con el resto del país, con espacio de intervención en Catamarca, Chaco, Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán.

La historia dirá que en el mediodía caluroso del 15 de agosto de 2024 los gobernadores de Santa Fe y Corrientes firmaron en Villa Ocampo un acta compromiso para la creación de la Región Litoral, con múltiples objetivos de crecimiento y desarrollo conjunto.

En 2015 y sin fortuna, siendo gobernador electo y a una semana de asumir, Miguel Lifchitz, remitió un pedido escrito a las autoridades nacionales en el que dio cuenta que las características generales de los tres departamentos santafesinos son muy similares a la de las provincias litoraleñas contempladas en el PB. La incorporación a ese esquema de inversión en infraestructura, que finalizó en 2019 con un 45 % de ejecución, no pudo ser para General Obligado, Vera y 9 de Julio.

En fin, el devenir del norte santafesino y el sur correntino unidos por el Río Paraná estuvo plagado de intentos de unidad y frustraciones. Tal como la construcción del puente Reconquista y Avellaneda – Goya Lavalle, una interconexión vial con proyecto ejecutivo que no verá la luz -en el corto o mediano plazo- en razón a que la Nación fijó la prioridad en el segundo viaducto entre Chaco y Corrientes.

Con la firma del acta compromiso de Villa Ocampo, Santa Fe y Corrientes plantan un mojón para contrarrestar la falta de sentido común que primó hasta la actualidad en las políticas públicas -sobre todo nacionales-, sientan las bases de un reverdecido federalismo y contienen el pulso natural del Litoral. Vuelven a poner “los caballos adelante del carro”, como siempre debió ser.

Valoraciones

Tras suscribir el acta, los mandatarios fundamentaron la firme intención de consolidar la integración interprovincial. Pullaro puso de relieve la importancia que las regiones se integren y tengan un “proyecto de desarrollo común”, con una “mirada cultural y productiva que nos haga crecer y desarrollarnos”, y comprometió la inversión para terminar “los dos puentes que faltan” en lo que configura una “obra ambiciosa que diseñó el gobernador Lifschitz, que comenzó el gobernador Perotti y nosotros estamos terminando de ejecutar con recursos de todos los santafesinos y santafesinas”.

Asimismo, al valorar lo fundamental del desarrollo portuario dijo que la provincia pone en agenda nacional la potencialidad que tiene Puerto Ocampo, por su calado y por su lugar estratégico. “Desde aquí podemos empezar a comercializar con el sur de Brasil, con Paraguay y hacer un polo productivo, comercial y logístico muy grande en la República Argentina”, propuso el titular de la Casa Gris, en “una visión a 20 o 30 años”. Se trata por sus características, vale decirlo, del puerto natural del norte santafesino.

Su homónimo correntino se expresó en la misma línea y calificó de vital la voluntad de “trabajar juntos para defender no solamente los productos que genera cada una de las provincias sino también las vías de comunicación”.

Valdés historió que ya Santa Fe y Corrientes estuvieron juntas en la Liga del Litoral en el siglo XIX y contextualizó la necesidad geopolítica de integración con el norte grande en razón a que “muchos problemas que tiene la provincia de Corrientes, también lo tiene el norte de Santa Fe”. Sobre las miradas estratégicas comunes entre ambos territorios, afirmó la voluntad de comenzar a representar los intereses de toda una región, que “no está en el NEA o en el NOA, pero que es la Región Litoral, una de las regiones más poderosas de la República Argentina”.

Implicancias

Al acta compromiso se enmarcó en el hermanamiento entre las ciudades de Villa Ocampo y Bella Vista, cuyas costas están separadas solo por 6 kilómetros. Del documento que declara hermanos a estos pueblos también es posible extraer argumentos para que el Litoral se asocie como región. Entre ellos, aquel que refleja que existen lazos históricos entre ambas comunidades que se remontan a los años fundacionales, y que generaron fuertes vínculos sociales y familiares, aunque esa interrelación se viera mermada con el aislamiento e inoperatividad del Puerto Ocampo en el año 1966, cuando quedó latente el anhelo de restablecer un vínculo pleno entre las dos comunidades.

Con la firma de ambos intendentes, el ocampense Cristian Marega y la bellavistense Noelia Bassi, el pergamino transita los innumerables los intentos por mantener canales de colaboración y entendimientos comunes, a través de encuentros y compromisos bilaterales entre las autoridades municipales de ambas ciudades. Los más cercanos se remontan al año 1990, con una carta de intención para un estudio técnico de vinculación ferro-automotor entre ambas ciudades, y a los Cuatro Foros Interprovinciales Pro-puente Villa Ocampo-Bella Vista entre 1999 a 2001.

Esos encuentros tuvieron como principal anhelo impulsar la conexión física frecuente que garantice el intercambio de pasajeros entre ambas orillas del Río Paraná, y dieron origen a lo que se conoció como el Manifiesto de Villa Ocampo, una carta de intención para establecer un corredor ecoturístico transversal sobre el Eje Jaaukanigás-Toropí-Iberá”, iniciativa que cobró más fuerza a partir del apretón de manos entre Pullaro y Valdés.

En términos actuales, está pronta la finalización de la obra del puente “Paraná Miní”, una inversión millonaria en el punto más cercano entre ambas orillas con pasado y presente compartidos, y con un futuro esperanzador, de arraigo, progreso y hermandad con el Litoral en el centro.