En calle Corrientes al 900 hay un terreno que desde hace mucho tiempo fue cedido para que “el chico de las botellas” haga ahí su acopio.
Con la llegada del pavimento –la obra pública que más motiva a los vecinos- todos queremos estar acordes al progreso y, en consecuencia, tratamos de complementar la obra pública con nuestro aporte y embellecer nuestro propio
lugar, como lo hicieron algunos frentistas que hasta colocaron plantas en el bulevar.
Para sumarme a ese proyecto colectivo, decidí no cederlo más para juntar botellas, limpiarlo (cuando la Municipalidad disponga de un contenedor grande) y rellenarlo con visión de futuro.
La tarde de la tormenta se colocó el cartel con una chapa mediana y bien escrita para evitar que los vecinos sigan llevando botellas, que ya habían empezado a dejar en la vereda.
Duró menos que la tormenta, podría pensarse que el viento se lo llevó pero todo indica que “se lo robaron”, así que tuve que reponerlo y ahí está, más chico pero está y se lee bien.
Les pido a los vecinos que eviten seguir cargándome mugre porque yo también quiero sumarme al progreso.
Manuel Mudry